Hace poco, dentro del post La tecnología como base del futuro, hablábamos –entre otras cosas− de la llegada de la realidad virtual y de los wearables que ya están disponibles o a punto de estarlo. Como un anexo a aquel apartado podríamos hablar también de la realidad aumentada y de cómo ya está cambiando nuestra realidad. Ya no es una idea proyectada en el futuro, sino algo que ya transforma el día a día de los usuarios.
Los trabajadores del ferrocarril urbano de Boston podrán experimentar esta tecnología a partir del mes que viene. El KCS (Keolis Commuter Services) de la capital del estado de Massachusetts proporcionará a partir de septiembre a sus trabajadores de smart glasses de realidad aumentada que permitirán a los operarios comunicarse con los técnicos expertos durante las tareas de mantenimiento. El sistema es muy sencillo: los operarios que se encuentran sobre el terreno acceden a la interfaz de sus gafas, que están vinculadas a un Smartphone, mientras que en el otro lado los técnicos asisten a sus compañeros desde sus portátiles. El portador de las gafas puede, por supuesto, transmitir vídeo en stream y conversar en directo con el técnico, pero además ambos pueden compartir pantallazos o enviarse mensajes, disponiendo de diversas opciones para comunicarse con una conexión 3G, 4G, WiFi y cable Ethernet.
De este modo se pretende lograr una mayor eficiencia en su labor que a su vez asegure una mayor fluidez en las reparaciones y reduzca los cortes de líneas al tiempo que se refuerza la seguridad de las instalaciones y los vehículos. Se trata de una de tantas aplicaciones que podemos encontrar en la realidad aumentada y que ayuda a hacernos la vida un poco más fácil.
En el caso que nos ocupa, el proyecto nace de una startup llamada AMA XpertEye, que compra las gafas a gigantes como Epson y Google y luego implementa su propio sistema operativo en ellas. Basada en la localidad de Cambridge, Massachusetts, es solo una de tantas empresas dedicadas a este tipo de tecnología, cuya presencia en el mercado es cada vez más frecuente: CrowdOptic, APX Labs, Pristine e Interapt son algunas de ellas, por no hablar de la apuesta que han hecho las más grandes: sin ir más lejos, Intel ya trabaja en su Intel Remote EyeSight, unas smart glasses de realidad aumentada que, como la que aquí nos ocupa, se centra en potenciar un sistema colaborativo. Intel Remote EyeSight u Oculus Rift serán las próximas en desembarcar en un mercado en el que ya están Google Glass, Gear Vr o Microsoft Hololens.
Como es evidente, cada vez son más las empresas que apuestan por esa tecnología que no solo tiene aplicaciones lúdicas –los vídeo juegos−, sino que ofrece una prestaciones que permiten mejorar aspectos laborales y cotidianos en nuestra vida. Mientras algunos siguen pensando en las smart glasses y la realidad aumentada como elementos de un relato de ciencia-ficción, estas ya se integran en la rutina diaria de trabajadores e instituciones con el objetivo de seguir creciendo.
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