Muy probablemente habrás oído hablar de transformación digital. Sin ir más lejos, en este blog hemos escrito varios posts del tema. Es más, casi con toda seguridad ya sabes qué es la famosa transformación digital o, por lo menos, tienes una idea más o menos clara de este concepto tan de moda. Apostaría a que en tu organización estáis viviendo o sabéis que vais a vivir en breve algún proceso de transformación digital y te estarás planteando cuál es la receta “mágica” para llevar a cabo este proceso en tu empresa.
No puedo darte los ingredientes de una pócima mágica. Lo que sí puedo darte son los componentes clave de la transformación digital y el peso que deben de tener en todo el proceso para que sea una transformación exitosa.
Y no se me ocurre mejor manera que hacerlo en formato de fórmula matemática.
P(ETD) = C x T x P
P(ETD) es la probabilidad de tener éxito en un proceso de Transformación Digital
C, T y P representan tres valores numéricos entre cero y uno, donde cada parámetro es:
C = Capacidad de cambio y adaptación de la empresa.
T = Capacidad de implantar, adoptar y/o desarrollar nuevas tecnologías en la empresa.
P = Capacidad de involucrar y de apoyar el cambio de las personas de la empresa.
En cada uno de los tres parámetros anteriores, el cero es el valor más bajo y significa capacidad nula en el parámetro en concreto. El uno es el valor más alto e implica que existe una capacidad máxima. Es decir:
C=0 equivale a una capacidad nula de cambio en la empresa, y
C=1 significa una capacidad máxima de adoptar el cambio dentro de la organización.
En los siguientes puntos explicaré esta fórmula para que puedas calcular en qué momento se encuentra tu compañía.
C = Capacidad de Cambio
Cuando hablamos de capacidad de cambio nos referimos a la facilidad para el cambio, a la cultura organizativa establecida que permita a la compañía adaptarse al nuevo entorno, cambiar su modo de trabajo, su organización y por qué no, hasta su modelo de negocio.
El cambio es inherente a la “Transformación Digital”
El significado de “transformación” nos evoca un proceso por el cual las empresas cambian. Por tanto, cuando hablamos de transformación digital, estamos hablando de un proceso mediante el cual las organizaciones cambian adaptándose a una nueva realidad, a un nuevo entorno social y empresarial, en definitiva a una nueva era digital.
El ámbito donde una organización puede cambiar, el grado de cambio que pueda llevar a cabo o incluso los beneficios de ese cambio darían para un nuevo post -de hecho será el tema de uno de los próximos posts de nuestro blog-, pero lo que sí está claro es que no puede existir transformación digital sin un cambio dentro de la organización.
Cambio, cambio y más cambio
Volviendo a nuestra “fórmula matemática”, podríamos decir que en una compañía dispuesta a llevar el cambio a cualquier rincón de la organización para poder ofrecer mejores productos o servicios, ser más competitiva o para ser más efectiva, C es igual a 1.
Sin embargo, en una compañía estanca, opaca y reticente al cambio, C tiene un valor de 0. En medio podríamos encontrar situaciones intermedias donde el valor está más cerca de 0 en aquellas empresas donde el cambio no está realmente en su ADN o por el contrario, más cerca de 1 para empresas donde la palabra cambio no supone mover los cimientos de la compañía.
A modo de ejemplo
En una empresa, el departamento de marketing necesita nuevas herramientas para disponer y manejar más información de sus clientes y procesos más eficaces para promocionar sus productos o servicios.
Por otro lado, el departamento de postventa prefiere trabajar como lo ha hecho toda la vida y el departamento de sistemas prefiere no “meterse en problemas”.
En una empresa de este tipo, el cambio será promovido por un área, pero con toda seguridad, “frenado” por las otras. Por tanto, la probabilidad de éxito se verá mermada y podríamos aventurar que la puntuación de C en ese caso sería de un 0,5 raspado.
T= Capacidad de adoptar, implantar o crear nuevas tecnologías
Si en Transformación Digital, la palabra transformación equivale a cambio, la palabra digital equivale a tecnología. De hecho, uno de los principales estereotipos que tiene la transformación digital es que tendemos a pensar que la transformación digital es un proceso que implica únicamente cambios tecnológicos, y nada más lejos de la realidad.
En un primer momento podríamos pensar que estamos hablando de “cambio o adaptación tecnológica”, pero no solo se trata de tecnología, hay mucho más detrás de un proceso de transformación digital.
Volviendo a nuestra fórmula, T sería el parámetro para medir la capacidad que tiene la organización de adoptar tecnologías nuevas que aporten valor a su negocio.
La adopción de estas tecnologías pueden afectar al campo de las operaciones, del producto, de la organización, etc… Pueden estar orientadas a mejorar el servicio o simplemente a ser más efectivo.
En definitiva, las nuevas tecnologías pueden ayudar a la organización de “puertas hacia dentro”, es decir, ayudar a ser más efectivos, más rápidos, más comunicativos, más económicos, etc.
O también pueden ayudar a la organización a ser más competitivos en el mercado, ayudando a ofrecer un servicio más innovador, un mejor producto, a conocer más y mejor a sus clientes.
En este punto el valor del parámetro seguirá un patrón similar al descrito anteriormente. Por ejemplo, una organización que se asuste ante cualquier cambio tecnológico, que prefiera aislarse del mundo, que piense que un proceso productivo funciona mejor si se hace como se viene haciendo en los últimos cincuenta años…
En definitiva, aquellos que dicen aquello de “más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer”, esos tendrían un cero en T. Sin embargo, aquellas empresas que vean las nuevas tecnologías como una oportunidad de mejorar, de ser más efectivos, de ser mucho más competitivos en su mercado, aquellos que quieran desarrollar tecnologías propias, adoptar o implantar nuevos sistemas y herramientas, para todos ellos T será igual a 1.
P = Capacidad de involucrar y de apoyar el cambio de las personas de la empresa.
Desde mi punto de vista y mi experiencia, al concepto Transformación Digital le falta el componente más importante. Hemos dicho que Transformación = Cambio y que Digital = Tecnología. Pues bien, en este binomio se echa de menos lo que quizás sea más crítico a la hora de afrontar una transformación seria dentro de una empresa: las Personas.
Por mucho cambio que queramos llevar a cabo en una compañía y por mucho presupuesto que se invierta en tecnología, serán las personas las encargadas de llevar a buen puerto la transformación.
Utilizamos la palabra personas de manera global dentro de una organización
Porque serán los directores o incluso mandos intermedios quienes pongan de manifiesto la necesidad de introducir nuevas tecnologías y cambios en el negocio, porque será la gerencia y los socios de una compañía los que apoyen y promuevan la transformación y porque serán todos los trabajadores los que deberán llevarla a cabo, adaptándose a una nueva forma de trabajar.
Un proceso de transformación digital que quiera tener éxito deberá de contar con todas las personas de la organización, bien en forma de apoyo, de presupuesto, de formación, de comunicación, etc. Por eso hemos introducido el parámetro “P” dentro de nuestra fórmula del éxito de la transformación digital.
Planteamos un caso hipotético con dos posibles escenarios de una organización que ha comenzado o quiere comenzar un proceso de transformación en la compañía:
- El director comercial de una compañía ha visto peligrar su posición en el mercado, se ha dado cuenta de que la competencia está ofreciendo un producto mucho más personalizado a sus clientes. Además no hace más que ver notas publicitarias tanto en medios online como offline de las empresas de su sector y para añadir más problemas en su cabeza, se ha enterado de que la competencia vende más barato su producto porque han conseguido ahorrar significativamente los costes de producción. El director comercial ha compartido su preocupación con la gerencia de la compañía.
- En el escenario 1, la gerencia le ha contestado diciendo que continúan teniendo una posición predominante en el mercado y que contratando a una empresa de marketing y gastando unos cuantos miles de euros sería más que suficiente para “atacar” a la competencia y seguir manteniendo su pequeño monopolio en el mercado.
- En un segundo escenario, la gerencia comparte la preocupación y decide crear un área en la empresa que se encargue de llevar a cabo una transformación y modernización profunda de la compañía. Este área se encargará de alinear el proceso de transformación con la estrategia de negocio y de informar al resto de departamentos de la situación, así como de crear un plan de difusión interno para transmitir, formar e involucrar a todos los trabajadores.
Sin lugar a dudas, el proceso de transformación solo tendrá opciones de éxito en el segundo de los escenarios, mientras que el primero estará condenado al fracaso absoluto. Dentro de nuestra fórmula, P es igual a 0 en el escenario primero y P es igual a 1 en el segundo.
No hace falta que seas un portento de las matemáticas para darte cuenta que, ninguno de los parámetros (C,T y P) puede valer cero, en cuanto uno de ellos sea nulo en nuestro proceso de transformación, la probabilidad de fracaso será del 100%. Sin embargo, cuando estos parámetros estén cercanos a uno, en capacidad de Cambio, en capacidad de Tecnología y en apoyo de las Personas, el éxito estará casi garantizado.
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